“La inspiración nos permite crear, creer y cumplir sueños”

 

  En la existencia de Iralyn Urrutia Silva hay una “combinación perfecta e idónea”. Sus palabras resumen su vida en las artes, la escénica, en donde es “la primerísima” y la danza, en la que no solamente expresa en movimiento, también forma a niñas y jóvenes en pre ballet, pop, jazz y en danza nacionalista, contemporánea y tradicional.

  “Amo el baile en todo su esplendor, específicamente la danza nacionalista que es mi arte favorito, de hecho es el que practico”, cuenta explayadamente, sobre una de sus pasiones, pero, en segundos, la “primerísima” en el teatro, como se le conoce, completa sus palabras sobre las artes que rodean su vida.

Urrutia sueña con bailar una coreografía de Yolanda Moreno, la bailarina de Venezuela.

  “Sigo recibiendo aplausos que me llenan de orgullo cada vez que piso las tablas de un escenario, puedo decir que la danza y el teatro, que son las artes que practico, es una combinación perfecta e idónea”, recalca sobre las actividades que han dado renombre en su natal Lagunillas y más allá…

  Hace 26 años, cuando tenía ocho, llegó a la Casa de la Cultura Don Otilio Miquilena. En ese recinto, descubrió uno de sus primeros amores: el teatro, de la mano de “mi primera maestra, la inmortal Ingrid Araujo. A quien admiro, quiero y respeto. De ella heredé lo dramática”, confiesa Iralyn sobre la gran expresividad que suma en esta actividad creadora.

  Por cinco años integró el Grupo Estable de Teatro de la Casa de la Cultura Don Otilio Miquilena y, en ese tránsito por las artes escénicas, conoció a su padre adoptivo, el director de la Fundación Experimental de Imágenes Producciones, “mi amado por siempre, Richard Nava, con él desde ese momento y hasta el sol de hoy, sigo estudiando teatro”.

 

Un “amor” que perdura

  Cobijada por ese padre otorgado por la vida, encontró su otro amor, la danza, porque Nava “me brindó la oportunidad de estudiar danzas, a través de innumerables talleres a los que él me llevaba”, revela sobre cómo fue perfilándose su acercamiento con el movimiento corporal disciplinado y constante.

  Crecía en el baile, haciendo parte del ballet Brisas del Zulia con el profesor Ezequiel Quintero, además, de la profesora Rosalinda Morán. Y aún persiste en el aprendizaje dancístico a través de seminarios y talleres a los que acude por vocación propia.

Su amor a la danza la llevó a crear una Acadamia para formar a niñas y adolescentes.

  Sus avances inspiran a su familia y le emociona ver “como mis hermanas siguen mis pasos en el mundo de la danza. Ya Michelle es instructora de pre infantiles en mi Academia y, Natalia, con tan sólo 10 años, siento que será mi sucesora”, anuncia con el convencimiento que le dan más de dos décadas de trayectoria profesional.

  Su visión artística la conduce por varias facetas artísticas que, como abrir un abanico, expanden el talento de Urrutia, a quien no sólo se le ve como instructora de danza, actriz, modelo, moderadora, productora de eventos, ingeniera en petróleo y, en el 2004, como locutora del programa radial El Zaguán bajo la dirección del periodista y cultor Luis Gerardo Leal.

  Puede decirse que Iralyn tiene uno tantos anhelos alcanzados, aunque existe uno, sin concretar, que la mantiene expectante.

  “Mi artista favorita es Yolanda Moreno, la bailarina de Venezuela, sigo soñando que antes de partir de esta tierra pueda conocerla, abrazarla y joropear, con una falda de muchos vuelos, una coreografía que ella me enseñe”, cuenta sobre un deseo tan intenso como el sol de su estado natal.

"La música es hermosa en cualquiera de sus géneros,la balada y la venezolana son mis favorita".

 

  Como “mujer soñadora” sigue avanzando sin detenerse hasta lograr sus planes, mientras abraza la idea de “ser feliz por decisión propia, llorona de nacimiento, con carácter fuerte, pero de sentimientos puros, creyente en Dios y partidaria de que hay que hacer lo que nos haga feliz, sin hacerle daño a nadie, pero sin importar lo que piense el resto”.

  Con esas máximas de vida sigue en su ruta como “cultora de corazón” teniendo en cuenta  que “la inspiración nos permite crear, creer y cumplir sueños, lograr metas, ser más felices”,  comenta sobre los pensamientos que la impulsan.

  “Mi hijo es mi inspiración, cada día me enseña más, me hace esforzarme más para ser una mejor madre, me demuestra que el amor verdadero sí existe, que soy capaz de darle mi vida si la necesita. Verlo crecer me inspira, porque tengo horizontes para él, pienso en como Dios y la naturaleza pueden lograr lo extraordinario de concebir un bebé, eso me inspira a seguir y no detenerme”, expresa la artista con palabras rebosantes de sentimiento.

 

¿Cuál es la técnica?

“Mi técnica es mi esencia, mi aprendizaje y mi seguridad a la hora de afrontar cualquier situación. Siento que la clave es ser uno mismo. De Ahí viene el éxito, sin pretender pasar por encima de nadie”, expresa Urrutia sobre las pautas para evolucionar con respeto a los demás y sin perder la luz propia.

  La primerísima. Así desea que le recuerden no por vanagloriarse, sino, porque el aumentativo para ese primer lugar lo “ganó” a pulso en un festival de teatro donde participó con su agrupación.

  “Amo actuar. Todos mis personajes me los he disfrutado, pero en particular la madre de Fernanda me encanta, es de Gustavo Ott. El público siempre que me reconoce en la calle me dice así: hazme un pedacito de la mujer de la cucaracha”, cuenta mientras rememora cómo permanece en la memoria colectiva de quienes la han visto actuar en el teatro.

  Su más reciente trabajo actoral, un montaje tipo monólogos llamado Damas Primero (pieza que reunió a Richard Nava y Luis Gerardo Leal en una dupla excelente), ha causado un fuerte impacto en la audiencia, quienes desean verla nuevamente a estos cuatro prototipos de mujeres.

  “Totalmente diferentes, pero que con cada una me identificaba. Quiero llevarlo por toda Venezuela, que la gente siga conociendo mi trabajo como actriz con ese montaje. Ojalá se cumpla. Amén”,  explica convencida que este deseo se le dará.

 

Un “baile” bien acoplado

  Compaginar y combinar. Más que verbos son para Iralyn una clave para conciliar todas sus facetas con su vida artística, siendo madre, esposa y directora de Arts Dance Productions, la academia que creó hace siete años y donde Robert  Silva, le acompaña en la parte teatral.

Además, hace crossfit, ve a su hijo crecer, practicar béisbol y, a su esposo, estar en el softbol. 

 

 Ella sigue avanzando de la mano de “mi principal maestro, Dios, quien siempre me enseña que la fe mueve montañas”, recalca sabiéndose merecedora de estar rodeada de gente que la hace crecer, como sus padres, su tío “Nano”, su esposo y grandes maestros como Richard Nava y su recordada Ingrid Araujo.

  La pandemia, sin dudas le cambió el compás a Urrutia, pero ella no pierde el paso, pues continúa ensayando el espectáculo navideño de su Academia, que se convirtió en una referencia para los lagunillenses.

  “Me tocó cerrar las puertas y compartir con mis bailarinas a través del teléfono unos cuantos meses, sólo me tocaba bailar salsa en mi casa y compartir por WhatsApp con mis chicuelas, pero me sirvió para idear y crear mi nuevo montaje dancístico teatral”, explica sobre los planes que están en desarrollo.

  “Sigo trabajando por las artes, es mi pasión”, cuenta con la convicción de seguir explayando su talento. Su crecimiento, le permitió adentrarse en otras áreas, como ser una de las primeras mujeres en realizar zanquismo local y obtener la certificación en un taller con el grupo falconiano Gentefal, traídos por  Experimental de Imágenes a Cuidad Ojeda.

En el teatro se estrenó como golondrina en la obra El Príncipe Feliz.

Por el camino de la vida

  En la vida hay instantes sublimes, otros eternos y unos que replantean lo que haces, en el 2005, un accidente le dio un viraje a la actriz. “Casi me quita la vida, por eso valoro tanto cada segundo que respiro”.

  Su hijo tiene un rol tan protagónico para ella que cada momento que tiene con él tiene es lo que más le gusta. “Me encanta jugar a los carritos chocones con mi hijo. Me gusta irme al cuarto y verlo dormir, mientras sobo su cabecita”.

  La tranquilidad le agrada, meditar y escribir cosas le causa gusto y prefiere la tranquilidad. Puede bailar mientras cocina y cantar “me gusta aunque sé que no lo hago bien”, dice entre risas.

  Atrás quedó la niña de ocho años que, en su colegio, durante una audición de canto, fue escogida por el profesor “Tano” para formar parte de la coral de la Casa de la Cultura “a los días sentí que no era donde quería estar y audicioné en el teatro donde quedé seleccionada”.

  Más de 20 años después, las artes escénicas y la danza definen a Iralyn Urrutia Silva, la “primerísima”.

 

De la gama de colores prefiero el rojo, pues es símbolo de pasión, belleza, elegancia, glamur, es hermoso.

Urrutia ha sido productora de eventos como: Al llegar la Navidad, Mamá baila conmigo, mágicas princesas.

Texto: Yennys Rojas    Fotografías: Iralyn Urrutia (Cortesía)