Dulces acordes de Piña

Un prodigio sensible de la música.

    Con un talento impresionante que para algunos pasa desapercibido, humilde, un alma pura entregada a la solidaridad y a la pasión por la música, un maestro, pues además de interpretar varios instrumentos, enseña donde sea y como sea: niños, adolescentes o adultos. Ha sido director de orquesta, comprende de la teoría musical, entre esas y muchas habilidades relacionadas, hoy en día como él hay pocos.

    Colabora en la biblioteca como instructor en el ámbito musical, ciertamente todos lo han visto y saben de su talento, pero desconocen lo increíble que es este músico y el valor que posee. Queda para el registro y visibilización nuestro noble artista, quien en sus proyectos, es eso, enseñar música y vivir de lo que hace.

    Edward Alexander Piña Araujo, nació en Cabimas. Es un hijo de Dios, la música es su arte, aprendió en el conservatorio de música José Luis paz Maracaibo estado Zulia, expresa: amo tocar música clásica, jazz, blues, bossanova venezolana, boleros, románticas, rock y muchos más.

    También le apasionan las artes marciales. Llevo 27 años en la música desde los 10 añitos. Toca el violonchelo, el contrabajo, bajo electrónico, guitarra, cuatro, mandolina, tambora, furro, flauta dulce, maracas entre otros.

    Entre sus proyectos está crear una orquesta típica venezolana con instrumentos clásicos y folclóricos. Le inspira escribir canciones, componer, la naturaleza, la Iglesia y el Evangelio de Jesucristo. Le desagrada, la mentira y la deshonestidad.

Recuerdo hoy a el profesor Asdrúbal Castillo de violonchelo y el maestro José mata de hapkido (arte marcial). La pandemia la asumió tomando las medidas necesarias: tapabocas, quedarse en casa, tomar temperatura y usar gel, pero sin dejar de hacer música.