miércoles, 27 de octubre de 2021

Celebramos 370 años de devoción hacia la Virgen del Paraute

  Contemplar la imagen de Nuestra Señora Rosario del Paraute concentra, en una tablita de 30 centímetros de largo por 25 de ancho, una devoción mariana de 370 años. Desde el hallazgo de su retablo, en 1651, hasta hoy, la advocación de la Madre de Dios sosteniendo al Niño Jesús, arropa al municipio Lagunillas y se extiende al resto de la Costa Oriental del Lago, en el estado Zulia.

  Su presencia enlaza, como un cordón, la fe y la historia.

   La voz de Juan Nava, integrante del comité que organiza las festividades, tiene especial intensidad cuando recuerda que: “se cumplen 370 años de devoción, de su aparición en el río Paraute. Es la única reliquia que conservamos de nuestros ancestros, que vivieron a orillas del río, ya que ellos fueron los que la encontraron y se la entregaron al cura doctrinero de aquel entonces”.

La imagen de Nuestra Sra. del Paraute es la segunda más antigua del país. Apareció, incluso, primero que la tablita de la Chinita, patrona del estado Zulia.


 

  Cuando la tablita apareció en el río, un indígena adolescente, posó su vista en las aguas y observó como el retablo se movía por la acción del marullo, la tomó y, según cuenta la narrativa entorno a este acontecimiento, le dio esa imagen mariana al sacerdote.

  Comenzó así una devoción que hoy, más que nunca se sostiene en la fe de los devotos que atribuyen a la virgen, su intercesión para alcanzar un milagro. 

 

La tablita permanece en su Santuario Mariano y, cada segundo sábado de octubre “baja” de su nicho para reencontrarse con sus devotos.

 

  “Ella me hizo un milagro personal. Tengo una tía, que es diabética y se vio muy malita de salud. Le iban a quitar (extirpar) un riñón. Me senté a llorar, a pedirle a la virgen (en el Santuario). Sentí su presencia, que ella estaba ahí conmigo, a mí lado. Para mí fue una experiencia, un milagro, porque a mí tía, no le quitaron su riñón”, cuenta Gustavo Cadenas, presidente de la Sociedad Masculina de Servidores de la Virgen del Paraute, que este año arriba a sus 25 años de creación.

  Para él la cercanía con la advocación tiene relación con su familia. “Estoy acá en la sociedad desde los seis años, ya tengo 19 como integrante, llegué por mi mamá. Mi hermano mayor también ha estado, él me traía a la procesión”, destaca sobre cómo la fe mariana es parte de su vida.


“Conexiones marianas”

  Entre los residentes del sector Las Morochas, sobretodo los feligreses del Santuario de la Virgen del Paraute, hablar de ella reviste un vínculo único, que Yelitza Álvarez, investigadora, cultora, vicepresidenta de la Cámara Municipal, sustenta desde la conexión mariana que por “herencia” paterna y por otra vivencia más íntima, le permiten asegurar esa suerte de filiación espiritual.

  “Existe para mí una relación directa, afectiva no solo con la Virgen Rosario del Paraute sino con el pueblo de Las Morochas, porque mi papá me sembró ese agradecimiento al pueblo que lo recibió y mi abuela en agradecimiento al pueblo que le entregó a su niño”, rememora Álvarez sobre la vivencia de su padre Darío y de su abuela paterna, Petra, quienes sobrevivieron al incendio de Lagunillas de Agua y, el salvarse de este suceso, lo acreditaron a la virgen.

Así fue la "bajada" de la Tablita el pasado 9 de octubre. (Cortesía)

 

 

  Levantándose con la devoción parauteña, Álvarez no vislumbraba que al nacer su hija mayor, María Meléndez Álvarez, con un tumor en lo que se conoce como el músculo de psoas (situado en la cavidad abdominal), transitaría por caminos de fe, con salidas inexplicables desde la ciencia.

  “María nace el 21 de agosto, estuvo 45 días hospitalizada, en octubre cuando me la dan, tres días antes de la bajada de la virgen, le hacemos una batica de Hija de María. Mi hermano Darío agarra a la muchachita, se la pone a la virgen (en el frente) y en ese momento viene una paloma blanca. La gente empieza a decir: ¡la virgen hizo un milagro!, como científica siempre he sido un poco más escéptica.

  Los médicos no encontraron después, científicamente, una explicación para lo que pasó. El tumor en el psoas, que si se salvaba le iba a impedir el movimiento en las piernas, no estaba. Está en la resonancia magnética (la primera) donde apareció el tumor y después, en la otra resonancia, donde no aparece, es como si nunca existió”, asegura Álvarez sobre el testimonio que vivió hace 30 años.

 

La investigadora Yelitza Álvarez con su hija María Meléndez Álvarez. La joven, siendo bebé, recibió la intercesión de la virgen y un tumor que tenía desapareció sin explicación científica.

 

Es una morochera más”

  Conversar entorno a la virgen y su presencia en Las Morochas permite a los residentes de este emblemático sector, afirmar: “es una morochera más”, designación en la que Nava y Álvarez también coinciden.

  “Ella vive en con nosotros, ella es una morochera más, porque la virgen es una más de nosotros”, destaca Nava y, al hace revisión de las festividades en honor a la patrona de Lagunillas, la historia da cuenta cómo desde que “llegó” a esta zona, está marcadamente presente en la  vida de todos.

  “Son 90 años de tradición con esta festividad. Las tres primeras festividades se hicieron en casa de Lino Ekmeiro y luego (se realizaron) cuando se hizo la primera edificación de madera para posteriormente, cuando llega el nombramiento de parroquia, como Nuestra Señora del Paraute en 1965, ya estaba la estructura como la conocemos actualmente. Hay otro dato interesante, en este año se cumplen 20 años de la Coronación Canónica como Reina de Lagunillas y Madre de toda la Costa Oriental del Lago”, explica Nava sobre las fechas que suman más celebraciones para la devoción parauteña.

 

La tablita y el Santuario de la Virgen del Paraute están incluidos en el Catálogo de Patrimonio Cultural del municipio Lagunillas.


 

  En las indagaciones históricas desarrolladas por Álvarez fue descubriendo el sentir de la gente, más cuando hablan de la Madre Santísima.

  “Me dicen la virgen es ´puebloviejera´, lo que pasa es que Pueblo Viejo era un pueblito que estaba al lado de Lagunillas de Agua. La virgen del Paraute aparece en Pueblo Viejo, que hoy en día es Valmore Rodríguez, porque antes esas delimitaciones geopolíticas no existían”, cuenta la también docente y cultora.

  La tablita parauteña dejó atrás a los pueblos de agua, donde tuvo su primer “hogar”, cuando por un incendio, en 1928, fue movilizada para resguardarla. Así llegó primero a Tasajeras y después a Las Morochas, donde hasta hoy permanece. Acá también sobrevivió del fuego en dos ocasiones; en 1955 y en 2004.

  “La traen a Las Morochas para hacerle una misa en homenaje, cuando la van  a devolver ya ella no se quiso ir, lo que cuentan es que la tablita se puso muy pesada y ellos interpretaron como un deseo de la virgen, que se quería quedar en Las Morochas. Hasta ahora ha sido así, el morochero asume que es parauteño y que existe una conexión directa de fe, de cariño, esperanza, respeto, porque Las Morochas es un pueblo de tradiciones y costumbres”, expresa Álvarez con el convencimiento de ser de esta zona.

 

La ubicación del Santuario permite a Los Morocheros sentir más cercana la presencia de la Virgen.

  En el Santuario de la virgen, con los cuidados que impone la pandemia, hay mucha movilización en este mes. Desde el segundo sábado de octubre, cuando hacen la ceremonia de “bajar” la imagen, los devotos vuelven sus ojos hacia el templo, se acercan para dar gracias y pagar sus promesas.

  “El 27 es la serenata, que es cuando vienen los grupos gaiteros”, cuenta Gustavo Cadenas, de la Sociedad de Servidores de la Virgen.

  Con esas melodías, acrecientan la fe para el 28 de octubre, cuando celebrarán  los 370 años de aparición, honrar a la virgen con misa, rosarios y, mantos, los que ofrendan para “vestir” a la santa patrona.

  También, tendrán este año, otra fecha más para festejar: ya son 50 años ofrendando una gaita, como serenata que, en pago de una promesa por la salud de su hermano, escribe Néstor “Moso” Graterol.

  Nuestra Señora Rosario del Paraute también revela sorpresas, Juan Nava cuenta cómo el año pasado observaron una “novedad” en tablita.

  “Nos pusimos a ver bien que en los dibujos coloniales que tiene la imagen en oro, vieron que está en una esquina de la luna, que tiene en los pies, un indiecito que la señala, pensábamos siempre que era una estrella, porque la mirábamos rápido y nos fijábamos que está señalando a la virgen. Eso se reveló el año pasado”, afirma Nava sobre el “hallazgo” más reciente observado en la imagen que está sin indicios de deterioro.

  En la víspera del 28 de octubre, en Las Morochas, las ofrendas de canto, de acción de gracias, gaita y fe, llenan de amor el Santuario. Y ahí está la Madre, nuestra madre Rosario del Paraute tan intacta con sus 370 años. 

 



Vista del interior del Santuario de la Patrona de Lagunillas.

 

 

Texto: Yennys Rojas / Fotos: Luis Martínez


 

 

 

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