Alzándose con un carisma excepcional y entregado a construir, con toda pasión, su proyecto de vida, que se resume en hacer lo que le gusta, nos encontramos con Eduardo José Portuguez, oriundo del municipio Lagunillas.
Este
joven es reconocido como un portador del arte circense, un cultor y un
amigo dispuesto siempre para colaborar con la causa artística,
dotado con una capacidad de desprendimiento sin igual.
Se inspira en todo lo que sus ojos divisan, pero su motor
es su mamá, su máxima inspiración, “sin ella no soy nada” y en ese sitial también se
posicionan, como estrellas en el firmamento, Enrique Meléndez, Rosángela Riera
y Franklin Meléndez, de quienes dice
“son mis
profesores”, refiriéndose, en primer lugar, al director de cultura del
municipio y a la profesora de cultura de la escuela.
“Son
ejemplos a seguir´”, señal, porque ellos le enseñaron ¿Pero qué? “bueno,
danza, zancos, títeres y recreación. Me gusta casi todo, pero más pasar
el tiempo sobre las alturas”, revela “El Portu”, como le dicen sus
conocidos.
“La
profesora Rosángela Riera, me daba clases en 5to grado y de ahí hacíamos
danza en la escuela, yo participaba en cada actividad colegial”.
Luego de allí ingreso en la fundación y “viví con ellos tres meses”.
Pertenece a la Fundación Movimiento Cultural Aquiles Nazoa.(AQNA), institución que ha brindado formación durante años en el municipio Lagunillas y, en época presente, de manera incansable. “Estoy desde los 9 años, haciendo cultura”.
Sus
maestros, ya mencionados, le enseñaron con todo el cariño del mundo, con
paciencia y paso a paso, fue amasando la experiencia y el amor a su
oficio, “cada baile y coreografía, fueron ensayos tras ensayos, aún hay
cosas por aprender”, sumado a ello tiene conocimientos, de teatro y
títeres, debido a los diversos talleres de su movimiento AQNA,
“Soy uno
de los jóvenes más antiguos que quedan en la Fundación”, agrega.
Este maravilloso artista continúa participando en todo evento cultural “tengo pendiente muchas cosas...que si Dios quiere, este año que entra, serán cumplidas”.
Su mayor
logro nos comenta, es ver sonreír a los niños y niñas, sus metas se conjugan en
poder continuar formando a chamos para alcanzar las alturas y, con los ojos
llenos de brillo, nos comenta: “No puedo dejar de hablar de la danza, un
arte fenomenal...puedes expresar todo en un solo baile...la danza transmite
alegría. ¡Cuando yo hago danza soy otro...me cambia todo!´”
¿Y
los zancos? “Esos vinieron después de la danza... Después de
ver a unos compañeros montar en ellos´” fue insistente, hasta que
logro que le dieran las orientaciones, y con ese amor hoy en día es
un maestro en surcar las alturas “me empeñe en eso”. Hoy tiene una gama de
trucos complejos con los que destaca en sus presentaciones, “Me dan
equilibrio, confianza y orgullo”.
Antes
de terminar nos mostró otro arte, otro del cual se siente portador
orgulloso, tiene 31 tatuajes, entre ellos sus zancos, una
máscara de teatro y el escudo de la fundación, que demuestra su
arraigo con lo que lo representa y que ama profundamente. “Me gustan
desde que era pequeño y los que falta por hacerme”.
Sin duda alguna el éxito es algo a lo que está acostumbrado “El Portu”, que lleva tatuado más que su piel, en su alma y vaticina continuar montado en los zancos de la cultura con los que, desde las alturas, sonríe.
Texto : Jhonathan Camacaro/Correcion; Yenni Rojas/ Foto: Cortesia
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Vamos a lo alto y sin zancos puestos
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