En el sector Adelis Molina del municipio
Lagunillas, en una casita sencilla, mientras la tarde caía, y las luces atraviesan
los arboles nos encontramos con Tirso
Colina, un músico humanista, quien nació en Barquisimeto, la capital de la música,
afirmando su talento como hecho del
destino, la música la lleva en la sangre,
su familia era afín con la disciplina, desde su adolescencia, su pasión despertó, luego en nuestro municipio aprendió con su
amigo Marcos Borjas en la primera etapa.
Estuvo aprendiendo, a nivel académico, por dos años en el conservatorio de Maracaibo, ´´ yo puedo leer pentagramas´´ le gusta la guaracha y la salsa, ´´ yo llevo
la música en las venas´´ ´´quiero legar mis conocimientos, quiero dar
clases, me gusta enseñar´´ su deseo es
dejar sus conocimientos ,interpreta el teclado, el timbal, el bongo, bajista,
sobre todo el bajo, en percusión,
teclado y cuerda. ´´En estos días los muchachos parece que les gusta más los teléfonos
que un instrumento, yo quiero enseñar pienso que debe haber jóvenes que quieran
aprender´´ su deseo más humano, es poder tener un grupo de jóvenes para
enseñarles y coloca su disposción para
enseñar.
La música es algo maravilloso, se siente como está
enamorado, nos dijo el Señor Tirso,
mientras degustábamos un
sabroso jugo y una porción de torta, ´´me siento como pez en el agua, se
siente como una palpitación, la música es lo máximo es el idioma
universal, yo cuando escucho una salsita
vieja me animo, la biblia dice que dios habita en medio de la alabanza´´ Tiene
cuatro hijos, Tiene treinta cinco años o más, de trayectoria, y aunque
solo lo hacía por pasión, entre parrandas
y encuentros no deja de sumar a su trayectoria, en una
manera más pequeña compone gaitas ,´´ no las escrito pero la tengo en mi mente´´.
Es fabricador así que construye las estructuras para sus instrumentos.